Hace miles de años, al principio de los tiempos, Jojoy (el sol), el Ser Supremo, creó la Tierra y la llenó de animales y plantas, también creó a Cusi (el maíz) y Ebe (el agua) y les ordenó que crearan a una raza de seres que fueran capaces de aprovechar y cuidar lo que había creado con su Fuerza luminosa. Así, Cusi y Ebe siguieron el mandato de Jojoy y empleando partes de su cuerpo crearon a los hombres y las mujeres, les enseñaron a cultivar el maíz, a domesticar la llama, a tallar la piedra, a tejer la lana; les enseñaron las canciones y a cuidar de los niños. Los hombres y las mujeres aprendieron a trepar a las montañas para acercarse a Jojoy, también a conservar a sus muertos como momias para poder compartir con sus antepasados en los días que estaban indicados.
Una vez al año, la noche anterior al día más largo, los hombres y las mujeres se reúnen a los pies d la montaña sagrada, prenden un fuego y cuentan historias, llevan hasta ahí a sus momias y esperan la llegada de Jojoy, cuando amanece el chamán entona las canciones que aprendimos de Cusi y Ebe y la gente va dejando las ofrendas sobre la piedra sagrada: flores, frutos, pan, comida, coca, bebida, pequeñas joyas tejidas con amor para agradecer las cosechas, la fertilidad , los nacimientos y la vida.