Tierna infancia

   El otro día me acordé de que cuando éramos chicos, con mis hermanos pedíamos comida. Y no era porque tuviéramos hambre, ni en mi casa se pasara necesidad.... era de hijos de puta no más. Volvíamos de la pileta y el colectivo nos dejaba a 4 cuadras de casa.En el camino tocábamos el timbre en alguna casa y le preguntábamos a la buena señora que nos atendía si tenía algo para comer y acto seguido ligábamos un sánguche de queso que engullíamos antes de llegar. Yo tendría que sé yo... 12 años y mi hermano, 8 y el más chico 4, ponele.

   Nada, me acordé y le conté a mimadre que tuvo a bien reirse.